Valdivia, 15 de noviembre de 2008
Indigencia en Valdivia:
CUANDO SE VIVE EN LA CALLE Y SE COME DE LIMOSNAS.
CUANDO SE VIVE EN LA CALLE Y SE COME DE LIMOSNAS.
Según el primer catastro nacional de indigentes del año 2005, los chilenos en situación de indigencia son 7.216, de esta cifra un 85% corresponde a hombres. A pesar de que la indigencia ha disminuido en los últimos años, Valdivia no se queda atrás si se trata de encontrar mendigos en las calles de la ciudad, personas que deambulan queriendo conseguir alguna limosna, o simplemente buscando sobrevivir de las formas más precarias. En la mayoría de estos casos estamos ante la presencia de individuos que terminan en la calle sin familia, sin una casa propia y que muchas veces han sido afectados por la cesantía y alcoholismo al extremo, de perder dignidad y ganas de vivir.
El 40% de los indigentes no terminó la enseñanza básica. El no poseer una completa educación evidentemente tiene que ver con el hecho de que no hayan logrado salir de su situación de pobreza a lo largo de su vida, nos adentramos un poco en el caso de Rosa Durán a quién podemos encontrar frecuentemente afuera de la catedral de Valdivia, cuenta que suele dormir en un Obispado. Cuando se le pregunta por sus experiencias laborales ella responde que cuando era joven trabajaba pero tempranamente se dedicó a conseguir alimentos pidiéndolos por las casas de la ciudad “a veces me daban un kilito de arroz o de azúcar con lo que podía comer y alimentar a mis hijos”.Hoy en día se le puede ver con un tarrito de lata, pidiendo alguna limosna. Cuando se le pregunta si tiene o no Familia ella responde que nunca se casó, “Soy soltera, los hombres son muy complicados” dice, entre risas, cuenta que tiene hijos, todos casados y que viven en Santiago. Pero esta sola en la ciudad, no tiene ningún familiar que se preocupe de ella, Rosa afirma no recibir ayuda de parte del gobierno, no tiene ningún tipo de pensión y sólo vive de lo que la gente le da a diario.
El 40% de los indigentes no terminó la enseñanza básica. El no poseer una completa educación evidentemente tiene que ver con el hecho de que no hayan logrado salir de su situación de pobreza a lo largo de su vida, nos adentramos un poco en el caso de Rosa Durán a quién podemos encontrar frecuentemente afuera de la catedral de Valdivia, cuenta que suele dormir en un Obispado. Cuando se le pregunta por sus experiencias laborales ella responde que cuando era joven trabajaba pero tempranamente se dedicó a conseguir alimentos pidiéndolos por las casas de la ciudad “a veces me daban un kilito de arroz o de azúcar con lo que podía comer y alimentar a mis hijos”.Hoy en día se le puede ver con un tarrito de lata, pidiendo alguna limosna. Cuando se le pregunta si tiene o no Familia ella responde que nunca se casó, “Soy soltera, los hombres son muy complicados” dice, entre risas, cuenta que tiene hijos, todos casados y que viven en Santiago. Pero esta sola en la ciudad, no tiene ningún familiar que se preocupe de ella, Rosa afirma no recibir ayuda de parte del gobierno, no tiene ningún tipo de pensión y sólo vive de lo que la gente le da a diario.
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